20070709

Noticia. Junio 2003

jueves 6 de junio de 2003

En estos días en clase leía el profesor un párrafo que decía algo así: “puede que no solucionemos el problema pero al menos describámoslo”. Ahora creo que eso es un gran paso, por lo tanto lo haré. Describiré a continuación, mi apreciación sobre lo sucedido en estas semanas en la UdeA, en especial el jueves 6 de junio.

... Hablaba la profesora sobre temas de investigación y fuentes, mientras yo ojeaba un libro que podría servirme para un artículo, de un momento a otro sonó el primero, nadie se inmutó... mas tarde otro, algunos levantaron y giraron la mirada... un tiempo después fueron varios truenos, ya por lo menos se preguntaban y otros comentaban en un tono aburridor -otra vez con la misa pendejada-. Deseo aclararles que es la primera vez que escucho esos sonidos en la universidad y ¡OH sorpresa, nadie se conmueve, todo es canción vieja!, menos para mí y otro tantos curiosos. Debido a esto, decido unirme al show, claro está, desde espectador y nutrirme de experiencias de esas que se cuentan en la vejez.
Pues bien, lo primero que veo es unos cuantos encapuchados escondidos (aún no sé de qué) junto con el comentario de una joven (espectadora) a mi lado, que me cuenta, mejor, me chismosea que ya quemaron un bus... a no... que dos! Lo primero que se me suelta es ¡qué horror....!, (mi compañero se ríe)... No obstante, esto apenas empieza para mí, nos acercamos más y observamos durante un largo rato...ahh, ya veo, es que están siendo héroes efímeros de cruzadas teatrales para espectadores incautos, están en jueguitos a grandes, a hacer la guerra, a odiar, a respetar e irrespetar lo apropiado y ajeno... Mierda, ya me pican los ojos, me arde la cara y hay humo en todas partes y esas “papas” rompe cabezas de policías suenan muy cerca – será mejor que nos retiremos-digo-, y arranca una multitud de gente llorando sin tristeza por los corredores separándome de mis compañeros y quedando solo.
Dadas las circunstancias decidí, como muchos, hacerme el acostumbrado a esta “misma pendejada”. Y es justo ahí, cuando veo y oigo lo que realmente me motivó a escribir este texto.
Resulta que un gran grupo de jóvenes corre hacia los televisores, ubicados en los corredores principales, y yo embriagado de curiosidad y de ese morbo que se respiraba junto a los gases, decido acercarme a la pantalla, es el noticiero, pasan los titulares y comienzan las noticias y hay un “ahhhh” desconsolador... ¿qué paso? me pregunto. Luego de unas dos o tres informaciones de esas de todos los días, veo en la pantalla el tanque que hace unos minutos vi afuera de la universidad, acompañado de humo blanco, con unos cuantos encapuchados bañados en leche y la voz del periodista declarando: el escenario es de gran tensión, ¡por fin alguien piensa lo mismo que yo! ¿O estará mintiendo para ganarse un premio?
Bien, pero no es ese el punto, no es el puente de lo violento real hacia la pantalla lo atractivo, lo que sí es, es el comportamiento de algunos de los que estamos allí, los cuales al ver las imágenes responden con ovación y hasta con aplausos de ver el bus o los buses quemados y las “papas” explotando. De inmediato relacioné. ¿Será que al igual que en este momento son ovacionados y aplaudidos toda serie de atentados y violencia que ocurre en este país? ¿Será que esa noticia que continuó de un tren derribado también está siendo aplaudida en otro lado? ¿O que esa matanza de esos campesinos sin nombre atribuida por el mismo noticiero a los del otro bando también esta siendo aclamada en este momento? ¿y que tanto el terrorismo internacional, como los bombardeos en su “defensa” son motivo de alegría? O sea que cuando hay lagrimas, destrucción, fusiles, caen edificios, bombardean ciudades y hay sangre en las pantallas existe gente día a día, noche a noche, noticiero a noticiero palmoteando y vitoreando por encima de la humanidad misma.
Pues de ser cierto, esas voces alegres de falsa y farsa victoria no acabarán, por que lo que divierte al pueblo, al mundo no es el fútbol, sino la violencia dirigida o compartida, que un cercano o yo produzcamos estando en Bojayá, israel o a una cuadra y que logre ser laureada como imagen para un noticiero y su archivo, saciando el hambre de los videntes.
Saliéndome un poco de la descripción, ¿será que haciendo la guerra a dos choferes y a unos cuantos policías casuales solucionamos el problema? Pero bueno, sigamos aplaudiendo en este circo en donde hasta los rebeldes son payasos, ya viene el próximo noticiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Carlos David, este post no me había llegado. Me parece excelente. No podría ver mejor representada la sensación que se siente cuando uno percibe este tipo de situaciones. Gracias por el vínculo.